Enviado
por Oscar Arístides Palacio
Lic. en Cs. de la Educación
oapalacio@ciudad.com.ar
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1667-Tortuguitas-Bs.As.
INDICE
Introducción
En este trabajo abordaré las políticas
de formación de los docentes, en nuestro país, en el
contexto de la transformación educativa que se está
llevando a cabo, y cómo estas políticas incorporan las
recomendaciones de los organismos internacionales para hacer viable
el proyecto educativo de la “Nueva Derecha”.
El mismo tiene como objetivo la identificación
ideológica de los principios que sustenta la “Nueva Derecha”
en las políticas de formación docente, para lo cual,
no es posible dejar de lado la historia de la formación docente,
que en nuestro país esta embuida de principios conservadores,
estos principios se introducen en la formación docente en Argentina
a mediados de la década del 30, década en la cual, como
sostienen Vior y Misuraca (1998), comienza la ruptura de la denominada
“corriente normalista”, entendida esta como corriente
filosófica, política y pedagógica que se identificaba
con una educación pública, popular y laica, con énfasis
en el saber científico. Ruptura que se manifiesta en la aplicación
de políticas destinadas a limitar la matrícula de los
institutos de formación docente públicos y a favorecer
la expansión del sector privado. Posteriormente, en 1941, se
realiza una reforma de los Planes de Estudios de Bachilleratos y Magisterios,
creándose un Ciclo Básico común para estas dos
modalidades y un Ciclo Superior de formación especializada,
esta reforma curricular esta orientada a la formación docente
en disciplinas especificas bajo los principios conservadores de vocación
y selectividad.
En el periodo del gobierno de facto de 1966 a 1973,
época a la que Cano atribuye la aparición del “Estado
Malhechor” (1996:10) se produce una nueva ruptura, con el pasaje
de la escuela normal a la formación terciaria, durante este
periodo, la política educativa fue acompañada de medidas
autoritarias en detrimento de la educación pública,
por lo tanto, la formación docente a nivel terciario, que si
bien constituye una medida oportuna desde el punto de vista técnico
pedagógico, pero que al no ser parte de un proyecto democratizador,
no hizo sino acentuar las diferencias en la formación docente,
a la vez que concibió a estos como meros ejecutores de las
reformas educativas.
En este período se introduce la idea de formación continua,
el perfeccionamiento continuo (Vior, Basilio, Misuraca, Insaurralde;
1996:12) como un elemento de coerción, atento que se traduce
el perfeccionamiento voluntario en un derecho de los docentes a obtener
prioridad en la ocupación de cargos y traslados, este elemento
de coerción para el perfeccionamiento, tiene continuidad en
la reforma educativa actual, que se manifiesta en la Red Federal de
Formación Docente Continua establecido por la Ley Federal de
Educación, Ley N° 24195.
Asimismo, en la reforma Astigueta de 1968, el perfeccionamiento
y actualización docente tiene un carácter subsidiario
del Estado, atento que el mismo fomentaría la iniciativa privada
con “apoyo moral y material” para la capacitación
de los docentes.
En el período 1976/82, como manifiestan las
autoras antes citadas, la dictadura militar impuso una política
de represión ideológica y de adoctrinamiento, en un
primer momento llevó a cabo un proyecto disciplinador que se
concreto con intervenciones a las Universidades Nacionales, prohibiciones
de textos, transferencias de las escuelas primarias y de adultos dependientes
de la Nación a las Provincias. Luego de esta instancia de disciplinamiento,
se lleva a cabo la de adoctrinamiento para lograr la construcción
de hegemonía, por medio de asignaturas y contenidos afines
a las concepciones políticas, filosóficas y religiosas
del régimen gobernante; se introdujeron materias como ética
y deontología docente con un enfoque espiritualista y dogmático,
que hacia alusión a valores supremos y trascendentes. El perfil
del docente que se pretende formar debe responder a los principios
de vocación, y de identidad profesional a partir de su perfeccionamiento
ético-espiritual, debe ser un apóstol del saber y portador
de valores morales y espirituales, no se tiene en cuenta en ningún
momento, ni se hace referencia a las condiciones materiales y concretas
del desempeño del docente.
A partir de 1989, comienza a desarrollarse una nueva estrategia política,
signada por los principios neoliberales y neoconservadores que se
concretan en la Nueva Derecha, que llegan a su cenit en el campo educativo
a partir de 1993 con el dictado de la Ley Federal de Educación,
en la que se pueden identificar continuidades con las políticas
adoptadas por los gobiernos militares de facto de períodos
anteriores, como ser el cierre de cursos o de instituciones con un
criterio economicista; una política centralizadora bajo un
discurso de descentralización; el docente como traductor y
ejecutor de la transformación.
Estas continuidades pueden verificarse, según
las autoras, en la Res. 37/94 del Consejo Federal que fija criterios
para los diseños curriculares jurisdiccionales. En las pautas
que se establecen, no se deja espacio para el ejercicio de la autonomía
jurisdiccional y se refuerza el poder de los organismos centrales
que las definieron.
Por su parte, en la Res. 52/96 del Consejo Federal
que aprueba el documento Serie A N° 11, reaparece el intento de
ruptura de la unidad de formación docente de la reforma Astigueta,
como una forma de diferenciación jerárquica de la que
se desconocen sus intenciones a futuro. (Vior y otras; 1998:4)
En la presente reforma se conjugan una centralización
de concepción neoconservadora, donde se favorece la privatización
del Estado, y se transfieren servicios y responsabilidades a las provincias,
pero no recursos, con una capacitación para los docentes de
concepción neoliberal; para la capacitación se enfrenta
a las instituciones por medio de las ofertas de capacitación,
es decir que se las hace competir para ver cual realiza la oferta
más interesante y con mejor puntaje para la carrera docente,
de esta forma se tiende al fortalecimiento del mercado, que conduce
a una concentración del poder económico en las corporaciones
privadas.
Asimismo, como los docentes deben comprar los cursos
de capacitación que les permitirán ascender en la carrera
docente y, por ende, para alcanzar mejoras en sus ingresos, se puede
apreciar la concepción mercantil de su concepción.
En el largo periodo que hemos recorrido, desde la
primera ruptura en la formación docente, es posible identificar
algunos elementos de concepción conservadora de los que describe
Robert Nisbet (1995) en su obra, como ser: vocación; selectividad;
espiritualidad; orden, autoridad y jerarquía; la familia, y
la Iglesia. Elementos que encontramos como una continuidad en las
políticas descriptas.
Atento a la continuidad que toman estos elementos
de concepción conservadora, como así también
algunos principios básicos del ideario liberal, que se plasman
en los principios que sustenta la Nueva Derecha, considero importante,
en primer lugar, hacer una conceptualización sobre los principios
ideológicos de la Nueva Derecha, los que se constituyen como
cuerpos teóricos de los organismos internacionales y cómo
las recomendaciones de estos organismos se plasman en la política
educativa Argentina, particularmente en la formación de los
docentes.
Precisando términos; del Estado de
Bienestar a la Nueva Derecha.
La Nueva Derecha, como alianza estratégica
que reconsidera los principios conservadores y liberales, surge en
el contexto de la crisis del capitalismo mundial, como movimiento
ideológico. La Nueva Derecha es el marco referencial de las
políticas surgidas a partir de la crisis del Estado de Bienestar
y del Estado Keynesiano. (Finkel, 1990:7) Este origen, hace pertinente
y necesario caracterizar los principios esenciales sobre los cuales
se estructuran ambos modelos.
Estos, el Estado de Bienestar y el Keynesiano, tienen
distintos orígenes históricos y responden también
a diferentes criterios lógicos. Si bien al Estado de Bienestar
se lo asocia siempre con las políticas que desarrollo, a fines
del siglo XIX en Alemania, von Bismarck, las acciones por parte del
Estado de protección social, son posibles de rastrear hasta
la Edad Media. Las “Leyes de Pobres” en Inglaterra son
un ejemplo de legislación tendiente a evitar la disrupción
social por los efectos sociales disgregadores del capitalismo temprano.
El Estado de Bienestar (EB) respondía a motivaciones
político sociales, comprendía una serie de instituciones
públicas cuyo supuesto fin era elevar la calidad de vida del
obrero o de la población en general y de disminuir las diferencias
sociales originadas en el funcionamiento del mercado. (Isuani, 1990:10).
La lógica que sustentaba el desarrollo del EB obedecía
a dos cuestiones primordiales: I - conflicto social y II - competencia
política. (Isuani, 1990:13) No hay evidencias de que la expansión
de los servicios de salud o educación, tuvieran una racionalidad
económica como la de estimular la demanda efectiva, sólo
lateralmente se puede atribuir objetivos económicos a este
modelo.
El Estado tiene un rol activo y principal en el mantenimiento
del orden social, sus instituciones públicas se abocan a la
distribución secundaria del ingreso, mediante transferencias
directas de dinero, como ser pensiones, asignaciones familiares y
seguro de desempleo, y de transferencias indirectas como subsidios
a productos de consumo básico, programas de complementación
alimentaria, prestación de servicios en salud y educación
y también la regulación protectora de las condiciones
de trabajo. (Márquez, 1995:149) (Paviglianiti; 1991:19)
El Estado Keynesiano (EK) surge con la Gran Depresión del año
1930 y se consolida en la segunda postguerra como un nuevo sistema
de intervención estatal en la economía mundial. Su objetivo,
era la intervención activa del Estado en el plano político
económico con el fin de evitar las crisis. (Isuani, 1990:14)
El EK actúa especialmente sobre el empleo y la producción,
al intentar con sus políticas garantizar el pleno empleo y
la inversión en producción. A diferencia del EB, el
EK operó sobre la base de la distribución primaria,
que significa la distribución de los ingresos que resultan
de los procesos de producción y de los que se apropian los
diferentes sectores sociales (Márquez, 1995:149)
Ambos modelos responden a un Estado de características fuertes
en materia de políticas sociales (EB) y económicas (EK).
El EB fue potenciado por el desarrollo económico que garantizó
el EK, al asentar este ultimo las bases económicas para su
desarrollo. (Isuani, 1990:16)
En los ‘70 la crisis económica por primera
vez aunó inflación con recesión (Ezcurra; 1998:40),
lo que permitió ganar espacio al ideario liberal y acentuar
las críticas a las políticas sociales del Estado de
Bienestar y a las políticas económicas del Estado Keynesiano.
Las críticas que se hacían a estos modelos consistían
en que el excesivo gasto generado por estos modelos de Estado, producen
un aumento constante de la inflación y desalienta las posibles
inversiones, reduciendo de esta forma la producción y el empleo.
Ante esta crisis los sectores monetaristas y conservadores coinciden
en que la respuesta es tomar al mercado como guía para devolver
protagonismo al individuo y a partir de la libre competencia poder
garantizar la eficacia de las instituciones públicas.
En este periodo de crisis se comienza a estructurar el movimiento
ideológico de la Nueva Derecha, este movimiento surge de reconsiderar
al pensamiento liberal y conservador dentro de la crisis del capitalismo
mundial. Es decir que en la Nueva Derecha encontraremos al neoliberalismo
y al neoconservadurismo articulados en un movimiento no del todo homogéneo
atento el carácter antitético de estos principios. Es
necesario tener en cuenta que una ideología no representa en
forma necesaria un cuerpo coherente de pensamiento, ni su representación
intelectual se concreta en todos y cada uno de los actos políticos
de quienes la sustentan (Finkel; 1991:8), por lo tanto en la Nueva
Derecha confluyen estos aspectos contradictorios y heterogéneos,
que en el plano de las prácticas se concretan en una alianza
estratégica que le otorga su identidad.
Atento el origen de la Nueva Derecha, considero necesario
identificar tanto los postulados del neoliberalismo como los del neoconservadurismo
separadamente, para poder entender luego su articulación en
el contexto actual de nuestro país.
El neoliberalismo surge a posteriori de la Segunda
Guerra Mundial como reacción, tanto teórica como política
contra el EB (Ezcurra; 1998: 35), su tesis básica sostiene
que el mercado conforma el mejor instrumento, tanto para la asignación
de recursos como para la satisfacción de necesidades, es decir
un mecanismo de autorregulación que nos conduce al “optimo
social” (Ezcurra; 1998:36), es decir que a partir del libre
juego de las fuerzas del mercado, la sociedad alcanzaría la
estabilidad óptima para beneficio de todos los sectores sociales.
El objetivo central del neoliberalismo es el crecimiento
económico con la restauración de tasas de crecimiento
altas y estables, para lo cual apunta al concepto de “desarrollo
especifico”, por el cual se entiende que el crecimiento económico
y el progreso técnico actúan en pro de la humanización
de la vida (Ezcurra; 1998:37). El motor de la acumulación seria
el aumento de la “tasa de ganancia”, la que se logra con
la reducción de los costos salariales, se apunta a “comprimir
el valor de la fuerza de trabajo” (Ezcurra; 1998:38). De esta
forma el neoliberalismo reedita el antagonismo del capital contra
el trabajo y solo busca aumentar la utilidad del capital a costa del
factor trabajo.
El tercer vértice sobre el que se apoya el
neoliberalismo es el cercenamiento del gasto público social,
que lo lleva a cabo mediante los llamados ajustes estructurales por
medio de los cuales se lleva a cabo la reducción del Estado,
con políticas de privatización de empresas estatales
y desregulación de mercados internos y sobre todo por la reducción
o contención del gasto público social, estas reformas
estructurales fueron llevadas a cabo en nuestro país por la
administración Menen (1989-1999), a la que identifico con los
rasgos del “Estado Vicario” (Cano; 1996:14), respondiendo
a las políticas que luego de la cumbre de Bretton Woods llevan
adelante el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y que
la hacen extensiva a toda América Latina.
Es importante tener en cuenta el incremento de poder
que logran las agencias luego de la cumbre de Bretton Woods, especialmente
el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que, a través
de su proyecto de globalización van provocando una restricción
del poder y autoridad de los Estados Nación. Este condicionamiento
de políticas, soberanía limitada y restricción
democrática, lo llevan a cabo a través de los llamados
“Préstamos de Ajuste Estructural”, que les permitió
condicionar sus créditos y establecer la condicionalidad cruzada,
por la cual sólo pueden acceder a créditos los países
que cumplan con los compromisos contraídos con estos dos organismos.
De esta forma pasan a la categoría que Cano denomina “Estado
Cuota” (1996:16) al redoblar su poder por este condicionamiento
el Banco Mundial se dedico a condicionar políticas, especialmente
sociales, resaltando que la función de sus créditos
es impulsar programas de reformas, como ser mediante el asesoramiento
en la elaboración de políticas educativas, de esta forma
se produce una transnacionalización de decisiones y una transferencia
de poder político desde los Estado deudores hacia estos organismos
internacionales (Ezcurra; 1998:63. De esta forma las políticas
fundamentales y especialmente las sociales, no son dispuestas por
el pueblo o las instituciones de los Estados- Nación, sino
por la estructura del poder internacional representada por el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El neoliberalismo antepone la libertad por sobre la
igualdad, igualdad que desde la lógica del mercado se entiende
como igualdad de oportunidades, de esta forma depende del individuo
el éxito o el fracaso y no se tiene en cuenta la igualdad de
condiciones porque en el mercado todo se regula por la competencia
en la libre concurrencia al mercado entre individuos con iguales objetivos.
La competencia es una de las formas de regulación del mercado,
pero esta visión, es una visión reduccionista del mismo,
en la que no se tienen en cuenta las condiciones macro sociales y
económicas que condicionan a los individuos, para el neoliberalismo
el libre acceso al mercado, la libertad económica, conlleva
a la libertad política (Friedman; 1993:17).
Por medio de los “ajustes estructurales”,
con los que se logra el condicionamiento de las políticas sociales,
el neoliberalismo considera a la educación como un servicio
y por esto es posible de ser privatizado, por ende las escuelas se
transformarían en instituciones que venden educación,
para lo cual deben concurrir al mercado y competir, en iguales términos
tanto las públicas como las privadas (Friedman; 1993:225),
y el éxito de una u otra estaría dado por la atracción
de la oferta educativa, con lo que supone al alumnado como meros clientes
(Friedman; 1993:227). Desde esta concepción, la educación
pasa a regirse por relaciones de mercado, los padres e hijos son los
consumidores, los profesores y administradores de la escuela los productores
y la práctica escolar se mide en términos de costo y
beneficio (Friedman; 1993:220).
Atento la prioridad que el neoliberalismo otorga a
la libertad, en educación la misma se traduce en la capacidad
del individuo de elegir qué educación requiere y de
quién quiere recibirla, para lo cual debe concurrir al mercado
de ofertas educativas y elegir, para esto el neoliberalismo propone
el subsidio directo al individuo por medio de vales, pero a su vez
nos permite apreciar la posibilidad de establecer la relación
entre educación recibida y capacidad de pago, atento que el
individuo es libre de elegir y de gastar más en educación
(Friedman; 1993: 226). Esta posibilidad de elección trae aparejada
la responsabilidad sobre el éxito o el fracaso, que recae sobre
el individuo. Con la elección, el individuo pone en juego su
capacidad y el esfuerzo que realizo, el éxito o fracaso se
refleja en el mérito que el individuo realizo, de esta forma
en la educación se conceptualiza la meritocracia desde una
lógica individualista en la que el sujeto y sus logros son
vistos en términos de esfuerzo individual y por lo tanto él
es el responsable del triunfo o del fracaso. De esta manera no se
consideran las múltiples variables socioeconómicas a
las que están sujetas las personas y se tratan de establecer
otros parámetros sociales, en los cuales las causas de los
fracasos no se relacionan con el modelo de las políticas aplicadas,
sino con la acción individual.
Si bien el término conservador en política
aparece recién en 1830 (Nisbet; 1995:16), los principios que
sustenta el neoconservadurismo, son posibles de rastrear en la Edad
Media; su esquema social se estructuraba en forma triangular, el grupo
corporativo, el individuo y el Estado. Este, posee poder absoluto,
conduce y establece reglas rígidas en el campo económico
y social como también en lo moral; se vale y presta vital importancia
a las entidades intermedias como ser la familia y la Iglesia. (Nisbet;
1995:40)
El conocimiento de la historia es fundamental para
los conservadores, porque la misma es legitimadora del presente, le
da forma y sentido a lo nuevo. La experiencia se impone, se valoriza
el conocimiento práctico fruto de la experiencia. (Nisbet;
1995:48)
Las relaciones se encuentran consolidadas en la herencia
y en la capacidad de desenvolverse con los conocimientos del grupo
de pertenencia, por lo que son sumamente jerarquizadas y sus vínculos
están basados en la autoridad y el poder. (Nisbet; 1995:59)
Este principio de jerarquía y autoridad es
de primordial importancia para los conservadores, para los cuales
la idea de libertad esta fuertemente ligada a la de orden. El orden
es menester para cuidar los intereses sobre la propiedad individual
y la familia. Ellos optan por una sociedad jerarquizada en la que
cada uno se ubica según sus méritos, por lo tanto la
intervención del Estado en la redistribución avasalla
los principios naturales, es inconcebible desde esta óptica
mantener los principios de igualdad y libertad. (Nisbet; 1995: 72)
Desde esta concepción jerárquica de las relaciones sociales,
con los sectores desfavorecidos se actúa con caridad, la que
implica una obligación moral que es de índole individual.
La iglesia, al ser utilizada como legitimadora del
modelo hegemónico sirve a sus propósitos de orden social,
por lo tanto se preconiza que se establezca como religión de
Estado. (Nisbet; 1995:99)
Para el neoconservadurismo los agentes naturales de
la educación son la familia y la Iglesia, sus propuestas educativas
remiten a los valores de la tradición y se le devuelve al sistema
educativo la dirección moral, se pretenden restablecer el orden
y los vínculos basados en la autoridad, se revaloriza la enseñanza
de la historia como formadora de los principios de orden y tradición.
La concepción de educación esta basada
en la vocación, la que rige el desarrollo de las posibilidades
educativas de los sujetos y sus logros son concebidos como distribución
natural según sus capacidades, y las posibilidades de acceder
al sistema, responden a la organización jerárquica de
la sociedad. (Nisbet; 1995:53)
Desde esta concepción, el conocimiento, al que se considera
socialmente válido de ser transmitido por la escuela, es el
conocimiento práctico, el que no sólo se reduce a los
saberes impartidos a los alumnos, sino que también se extiende
a la formación de los docente, por lo que se prioriza un trabajo
docente basado en la ejecución de técnicas de enseñanza,
dejando de lado el análisis y la reflexión de lo educativo.
Esta enseñanza para la formación docente se caracteriza
por estar acotada al uso de estas técnicas y se centra en la
práctica y no en los contenidos teóricos. En esta práctica
educativa, se naturalizan las desigualdades sociales y la misma se
centra en el mantenimiento del orden por la transmisión de
las tradiciones, privilegiando las ideas y concepciones que no alteren
estos principios.
El neoliberalismo
y el neoconservadurismo han debido obviar las contradicciones propias
de cada corriente para poder consolidar una alianza estratégica
con un único fin, que es la restauración de la disciplina
social (Finkel; 1990:19). Para este objetivo el neoliberalismo abandona
el principio individualista y reconoce del conservadurismo a la familia
como un modelo útil para prevenir los conflictos sociales e
individuales por medio de la internalización de los roles de
autoridad y jerarquía. Asimismo al delegar el Estado en la
familia como agente natural la educación, permite que se lleven
adelante políticas de privatización. Estas políticas
de privatización, son acompañadas con el vaciamiento
de los sistemas de educación pública. Al considerar
en iguales términos tanto a las escuelas públicas como
a las privadas se las hace competir en el mercado, y se entiende que
la competencia redundará en una mejor calidad educativa de
los alumnos de todos los sectores sociales, similar a la que sólo
podían adquirir algunos sectores privilegiados en la educación
privada.
En las políticas educativas de la Nueva Derecha, convergen
el Estado Fuerte de raíces conservadoras con el Estado Mínimo
del liberalismo, del primero se aplica una extremada concentración
del poder de decisión y del segundo se aplican políticas
de privatización que desregulan las ejecuciones y responsabilidades
del Estado.
Las
recomendaciones de los organismos internacionales para la formación
de los docentes.
Los organismos internacionales que intervienen en
el delineamiento de estrategias y políticas educativas que
responden al proyecto económico, político y social de
la Nueva Derecha son: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional,
entidades económicas financieras que mediante el otorgamiento
de créditos para el ajuste estructural mediante la condicionalidad
cruzada actúan coercitivamente para la aplicación de
políticas sociales; la UNESCO y la CEPAL, si bien no tienen
el poder coercitivo de las entidades antes citadas al no constituir
entidades económicas financieras que otorgan créditos,
sí realizan recomendaciones, estrategias y políticas
a seguir que responden a los requerimientos de la Nueva Derecha.
Luego de las Cumbres Hemisféricas iniciadas en Miami en 1994,
se produce el desplazamiento de la UNESCO como agencia internacional
especializada en educación y emerge liderando la esfera educativa
el Banco Mundial. (Torres; 2001:12)
Como no podía ser de otra manera, los organismos
internacionales, no dejan nada librado al azar, es por eso que el
Banco Mundial no sólo es impulsor del proyecto económico
neoliberal, sino que busca articular a dicho proyecto con un proyecto
educativo basado en la ley del mercado, atribuyendo una gran importancia
a las reformas del sistema educativo, sin las cuales corre riesgo
o puede reducirse el crecimiento económico. (Soler Roca; 1997:11)
El fin de la educación para el Banco Mundial
no es el alumno, sino el crecimiento económico. Para este organismo
la educación es “inversión en capital humano”,
y por lo tanto debe de ser rentable, para lo cual establece la tasa
de rentabilidad en educación que le permite observar el rendimiento
anual de la educación y su efecto sobre la productividad. (Soler
Roca; 1997: 13) (Banco Mundial; 1996:1)
Con respecto a la formación de los docente, el Banco Mundial
mantiene una interpretación escolarizante y tradicional de
la enseñanza, para la cual, el docente es tratado como un transmisor
del conocimiento, del que se requiere conocimiento de la materia y
un amplio manejo de técnicas de enseñanza, reduce al
educador a sólo ser un “enseñante”. Trata
de imponer una pedagogía bancaria e intraescolar, de forma
de evitar que el conocimiento de la realidad se utilice en los procesos
educacionales. (Soler Roca; 1997: 28 y 29) (Banco Mundial; 1996:8)
El Banco Mundial, si bien propone invertir en cinco
campos principales, como ser: plan de estudios, materiales didácticos,
tiempo de instrucción, enseñanza en el aula y capacidad
de aprendizaje de los alumnos; criticando que los países en
desarrollo inviertan en dos insumos: edificios escolares y capacitación
docente. (Banco Mundial; 1992:16) A nuestro país le otorga
créditos para usarlos exclusivamente en estos dos insumos.
Estamos ante una contradicción o una forma de aumentar la dependencia
del Estado Vicario, que actúa como representante local de los
poderes de las agencias internacionales de financiamiento. (Cano;
1996:14)
Con total hipocresía recomienda que el aprendizaje
depende del entorno familiar y de los insumos escolares, y aclara
que la susceptibilidad de los niños se acrecienta por la falta
de salud, nutrición y la experiencia preescolar. (Banco Mundial;
1992:17) Cuando los ajustes condicionados que nos imponen, cada vez
producen mayor exclusión social, se quita responsabilidad al
Estado y se responsabiliza a la familia y, por ende, al individuo
de la situación paupérrima en la que se encuentra.
En otra parte del mismo documento propone “preparar
un programa de instrucción coherente con el ritmo y la secuencia
apropiada” (1992:19), es evidente que esta recomendación
parte de un supuesto diagnóstico en el que no se tienen en
cuenta el contexto social, salvo que la coherencia este contemplando
una educación para la marginalidad y la pobreza.
En consonancia con los principios de la Nueva Derecha, en los documentos
de los organismos internacionales, se responsabiliza a los docentes
por el estado actual de la educación. Según el Banco
Mundial “la falta de motivación de los maestros llevó
a altas tasas de ausentismo” (1992:27) y luego en otro documento
de su autoría “Argentina: Reasignación de recursos…”
señala “La baja moral de los maestros, el menor tiempo
que pasan en las aulas y la lentitud con que adoptan técnicas
didácticas más modernas se consideran las causas principales
del deterioro o estancamiento de la calidad de la enseñanza”.
(1988:11) Es evidente que en sus consideraciones está omitiendo
los factores estructurales que producen estas dos situaciones y sólo
carga la responsabilidad en los docentes. Para el Banco Mundial, el
docente es un especialista en disciplinas y métodos de enseñanza,
para lo cual propone la formación permanente de los maestros
en servicio y por medio de la instrucción radial interactiva
(Banco Mundial; 1992:62), a continuación y en función
a la reducción de costos, propone el traslado de la educación
general de los maestros a las escuelas secundarias o a programas de
educación a distancia y además reduciendo en forma significativa
la duración de la formación docente anterior al servicio
y centrando en este la formación pedagógica (Banco Mundial;
1992:63), esta propuesta se condice con los principios conservadores
de que el conocimiento práctico es el que se considera socialmente
valido, por lo que se prioriza un trabajo docente basado en la ejecución
de técnicas de enseñanza, dejando de lado el análisis
y la reflexión de lo educativo. De esta manera la formación
docente se establece en conocimientos, disciplinas y técnicas
aislada, fragmentadas y descontextualizadas, al omitir las dimensiones
políticas, económicas, históricas e ideológicas
que determinan la producción del conocimiento. Por otra parte,
se acrecienta la división entre planificación y ejecución
de contenidos, asignándose a los docentes el rol de ejecutores
de políticas y programas establecidos en una instancia extraescolar,
que con lleva a la proletarización y descualificación
laboral de los docentes. (Martínez Bonafé; 1991:12)
Por su parte la CEPAL y la UNESCO también propician
la aplicación de políticas educativas acordes a los
principios de la “Nueva Derecha” y coincidentes con los
del neoliberalismo y del neoconservadurismo, es así que en
el documento “Educación y Conocimiento: Eje de la Transformación
Productiva con equidad”, atribuyen a la educación la
función de articulación entre el desarrollo y la democracia
y en función de la participación ciudadana y del crecimiento
económico; el ejercicio de la ciudadanía está
relegado al crecimiento y a la competitividad (1992:126), como se
puede apreciar en este enunciado se trasluce uno de los objetivos
centrales del neoliberalismo que es alcanzar el crecimiento económico.
Este posicionamíento se va reforzando cuando
señala que es necesario brindar mayor autonomía a los
establecimientos educativos para que puedan interactuar con el medio,
pero reduce esta autonomía al aspecto administrativo y la participación
a un “consejo de administración” compuesto por
padres, empresarios, organizaciones civiles, etc. De esta forma se
va concretando el pasaje al Estado Mínimo al ir abandonando
espacios dejándolos en manos privadas, esto provoca una reducción
del Estado, tanto en políticas de privatización de las
empresas públicas como con prácticas de subsidiariedad
de las prestaciones sociales.
Está visto que la autonomía y la participación
quedan reducidas a una autonomía administrativa y a una participación
simbólica, por cuanto en donde el docente podría tener
una participación real que es en el desarrollo del curriculum,
la recomendación de estos organismos es que el mismo corresponde
a un organismo público del más alto nivel o al ministerio
del ramo (CEPAL UNESCO; 1992:150), recomendación de claro tinte
neoconservador.
Por otra parte, mientras declama por la necesidad
de la profesionalización docente (CEPAL UNESCO; 1992:182),
en forma contradictoria y en clara coincidencia con los principios
del conservadurismo sugiere suprimir la formación académica
de los docentes y contemplar una formación pedagógica
más breve con prácticas directas desde el inicio (CEPAL
UNESCO; 1992:184.
Como no podía ser de otra manera, respecto
de las remuneraciones de los docentes, los lineamientos propuestos
desde estos organismos son, que la determinación del nivel
salarial para atraer y conservar personal docente dependa del mercado
y que los incrementos, que consideran necesarios para la motivación
del docente, se recurra al uso de esquemas de incentivos y bonificaciones
para completar el sueldo de base (CEPAL UNESCO; 1992:185). Es decir
que se recurre a la coerción, que significa adherir a los programas
de reforma y realizar las capacitaciones propuestas para mejorar el
salario y mantener el empleo docente.Como se evidencia existe una
gran coincidencia en los lineamientos de políticas educativas
de los organismos internacionales (Banco Mundial, CEPAL, UNESCO) y
a su vez de éstas con las estrategias y políticas que
responden al proyecto económico, político, social e
ideológico de la Nueva Derecha.
La
formación de los docentes en Argentina bajo las políticas
de la Nueva Derecha.
En el largo camino recorrido sobre la formación
de los docentes, sólo nos falta ver cómo se plasman
las políticas recomendadas por los organismos internacionales
en las políticas nacionales para la formación de los
mismos , la cual esta condicionada por el proyecto económico,
político, social e ideológico de la Nueva Derecha, resultante
de la articulación entre neoconservadurismo y neoliberalismo
que se impone bajo la fuerza de coerción de los organismos
internacionales y que se materializa en nuestro país a través
de dos leyes; la 24049 (Transferencias de servicios educativos de
nivel medio y superior, nacionales y privados a las provincias) y
la Ley 24195 (Ley Federal de Educación) (Vior; S/D: 8). Estas
leyes son un claro intento de transformar estructuralmente el sistema
y son un claro ejemplo del estilo político normativo del neoliberalismo
en la Argentina, las dos leyes tienen como elemento común su
aprobación e imposición a pesar de la resistencia de
la sociedad en su conjuntos y de los docentes especialmente (Vior,
Basilio, Misuraca, Insaurralde; 1997:8)
A pesar de que las propuestas educativas del Banco Mundial son interpretadas
como una respuesta contemporánea a los problemas actuales,
esa línea de pensamiento estuvo presente en el Banco desde
los años 70 y desde entonces estaban planteadas todas las recetas
que hoy se ven como una respuesta especifica a la crisis del sistema
educativo. Este enfoque asimila a la escuela con la empresa, a ver
los factores del proceso educativo como insumos y la eficiencia y
las tasa de retorno como criterios principales de decisión
(Coraggio; 1995:21)
Las recomendaciones de los organismos internacionales
se plasman en las leyes antes citadas y en los documentos de aplicación
de la misma elaborados por el Ministerio de Cultura y Educación
de la Nación, como ser: “Alternativas para la formación,
perfeccionamiento y la capacitación docente” Serie A
– 3/1993; “Red Federal de Formación Docente Continua”
Serie A – 9/1994; “Bases para la organización de
la formación docente” Serie A – 11/1995 y “Transformación
gradual y progresiva de la formación docente continua”
Seria A – 14/1997.
Las recomendaciones de los organismos internacionales en lo que concierne
a la formación de los docentes son posibles de identificar
en tres aspectos básicos que surgen de dichos documentos; autonomía,
descentralización y capacitación docente.
Respecto de la autonomía que se declama, no me extenderé
mucho porque la misma sólo se manifiesta en los aspectos administrativos.
En el campo pedagógico al docente se lo considera como un ejecutor
de diseños curriculares.
Respecto de la descentralización, debemos tener en cuenta que
el Ministerio de Cultura y Educación (Ministerio sin Escuelas)
acrecentó su poder con la Ley Federal de Educación y
por la centralización presupuestaria en el Poder Ejecutivo
Nacional. Este poder se manifiesta en la Red de Federal Formación
Docente Continua, mediante el cual está tratando de homogeneizar
el sistema en un proceso de recentralización de neto corte
neoconservadora. (Vior; S/D:9)
La Red Federal de Formación Docente Continua se constituye
así en un espacio para llevar adelante estas políticas
de recentralización de las decisiones como surge de su texto
en el que se le atribuye el rol de promotor y organizador al MC y
E y las medidas de promoción y organización se deben
acordar en al Consejo Federal de Educación. Estas políticas
de recentralización se llevan adelante coercitivamente pues
los institutos de formación públicos o privados, para
poder continuar deben asegurar el cumplimiento de las políticas
nacionales diseñadas para la formación de los docentes,
como se explica en el documento A-9
La descentralización, no tiende a una democratización
del sistema. De esta descentralización se espera que en el
ámbito local o del establecimiento educativo se adopten en
forma más eficiente los insumos educativos, pero también
que se reduzca la capacidad de los intereses tradicionales (sindicatos
docentes) para incidir en la política educativa. (Coraggio;
1995:24)
Como surge del documento A-14, las instituciones educativas deben
ajustarse a lo establecido en forma centralizada, es decir a las especificaciones
que los organismos centrales determinen, generando documentos producidos
por personal técnico de estos organismos centrales. Se pone
en práctica una modalidad de centralización de la decisión
y descentralización de la ejecución. (Vior, Brusilowsky;
1998:6)
En lo referente a la capacitación de los docentes, desde el
discurso que surge de los documentos antes enunciados, a la formación
de los mismos, se la considera como un proceso continuo y que va más
allá de la formación inicial, discurso éste que
condice con las recomendaciones de los organismos internacionales
y que contempla la posibilidad de crear una variedad de circuitos
tanto públicos como privados para la formación y capacitación
docente, a los que deben recurrir (coercitivamente) los docentes para
la obtención de acreditaciones o titulaciones que les permitan
calificaciones para el otorgamiento de créditos que les posibiliten
su continuidad laboral y de incentivos y bonificaciones en sus sueldos.
La capacitación docente, como no podía ser de otro modo
en el contexto de las políticas que se vienen desarrollando,
esta expuesta a las determinaciones del mercado. Los establecimientos
habilitados por la Red Federal de Formación Docente Continua,
realizan una oferta de cursos que otorgan distintos créditos,
los docentes deben concurrir a este “mercado de la capacitación”
y a veces logran acceder a algunos de estos cursos gratuitos y otras
veces deben comprar su capacitación, con el único fin
de poder realizar su reconversión para continuar siendo un
asalariado y sin tener en cuenta los contenidos o técnicas
didácticas que se pretenden desarrollar en los mismos.
De esta manera la formación de los docente presenta dos instancias,
por un lado la formación inicial y por el otro la de perfeccionamiento.
(Vior, Brusilowsky; 1998:7) Respecto de la formación inicial
del docente, estamos ante un ofrecimiento de un conglomerado de instituciones
heterogéneas de las 23 provincias y de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, los planes de formación de los docente presentan
una gran diversidad que está dada atento las jurisdicciones
y épocas en que se originaron, como por objetivos, estructuras
y concepciones que los conforman. Una cuestión a tener en cuenta,
es que la aprobación de los CBC de Formación Docente
fue posterior a la de los CBC de la Educación General Básica,
de forma tal que los contenidos de la EGB condicionan a los que constituirán
la formación de los docentes. La formación docente inicial,
esta centrada en la preparación de un trabajador eficaz, responsable,
disciplinado y dispuesto a perfeccionarse según las ofertas
de capacitación que le ofrezca el mercado. (Vior, Basilio,
Misuraca, Insaurralde; 1997:10 y 11) Se pone en evidencia un proceso
de imposición de formas de razonamiento y de prácticas
cotidianas escolares, bajo el aspecto de un mejoramiento de las condiciones
técnico-metodológicas, se encubre una forma de imposición
del poder político educativo. Los docentes cumplen un rol de
traductores del lenguaje de la reforma en su actividad escolar y como
legitimadores del proyecto oficial. (Vior, Brusilowsky; 1998:4)
En cuanto al tipo de conocimiento para los nuevos docentes, en el
documento A-14 se describen los contenidos que deben regir su formación,
los que se encuentran estructurados en tres campos. El primero, de
la formación pedagógica general, común a todos
los estudiantes y con el objetivo de que los mismos conozcan y comprendan
la realidad educativa. El segundo, de formación especializada,
que atiende a las características psicológicas y culturales
especifica del nivel y grupo etario de los alumnos y el funcionamiento
de las instituciones educativas. El tercero, comprende la formación
orientada para el dominio de los conocimientos que deberá enseñar
el docente según la disciplina. En este ultimo espacio donde
se evidencian las recomendaciones de los organismos internacionales
sobre el tipo de conocimiento que se debe impartir en la formación
de los docente, es un saber especifico de las disciplinas, que el
docente no produce ni genera y que tan sólo domina. Es un conocimiento
técnico-práctico de concepción conservadora.
De esta manera, la formación queda descontextualizada, fragmentada,
orientada al corto plazo y funcional a la tarea dentro de la escuela
y del aula, la formación de competencias encierra la idea de
formación instrumental y atento que la vida del futuro docente
es la escuela, el lugar ideal para su formación es la escuela
(Vior, Basilio, Misuraca, Insaurralde;1998:15)
En cuanto a la segunda instancia, es decir a la de
perfeccionamiento, la misma se lleva a cabo para “reconvertir
a los docentes en actividad, los cuales deben concurrir al “mercado
de capacitación” influenciados por distintas formas de
coerción, para acceder a cursos destinados a diseminar los
contenidos de la reforma curricular, los mismos están organizados
de acuerdo a los distintos ciclos y niveles del sistema reformado
y de acuerdo a los puestos de trabajo. (Davini, Birgin; S/D:83)
En la capacitación de los docentes en actividad,
una de las formas de coerción por las que se lleva a cabo,
es la necesidad de los mismos para mantener su puesto de trabajo,
que hace necesario la realización de cursos acreditados por
la Red Federal de Formación Docente Continua, es decir que
su permanencia en el sistema está determinada por la adhesión
al sistema instaurado. Por otra parte los docentes se ven obligados
a adherir a la reforma y a los cursos de reconversión para
lograr una mejora en sus salarios, atento que todo tipo de adicional
al sueldo se establece en forma de bonificaciones o incentivos como
reconocimiento profesional por los resultados de la capacitación
realizada. (MC y E, Doc. A-3; 1993:3). Dé lo expuesto podemos
apreciar que el condicionamiento de la formación de los docente
se lleva a cabo no sólo por la imposición de determinados
contenidos y disciplinas, sino también desde sus concretas
condiciones de trabajo.
La reforma que se lleva a cabo a través de
los documentos mencionados plantea la necesidad de transformar, reconvertir
y profesionalizar a los docentes exigiéndoles una creciente
competencia técnica, pero sin introducir ningún tipo
de modificaciones estructurales en sus condiciones materiales de trabajo.
(Davini, Birgin: S/D: 83). Como sostienen estas autoras, bajo una
idea de profesionalismo, (en este discurso), subyace una concepción
de conocimiento práctico y racional que se presenta a los docentes
como objetivo verdadero y neutral, buscando de esta forma cooptar
a los docentes con la imagen de un profesional con status y en lo
concreto se lo descualifica transformándolo en un ejecutor
de las decisiones tomadas por el poder central.
De lo expuesto surge que los criterios para la formación
de los docentes y la capacitación que se está llevando
a cabo responden a las recomendaciones de los organismos internacionales
que tienen como fin implementar estrategias y políticas que
hacen al proyecto político, económico, social e ideológico
de la Nueva Derecha
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